Reseña | Los héroes del Olimpo (V). La sangre del Olimpo

Un ejército de gigantes. Dos batallas a vida o muerte. Y siete héroes dispuestos a impedir el fin del mundo. Los tripulantes del Argo II han salido victoriosos de sus misiones, pero están lejos de derrotar a Gaia, la Madre Tierra. Ella ha conseguido alzar a todos sus gigantes y planea sacrificar a dos semidioses en la festividad de Spes: necesita su sangre, la sangre del Olimpo, para despertar. Por otro lado, la legión romana del Campamento Júpiter, liderada por Octavio, está cada día más cerca del Campamento Mestizo. La Atenea Partenos deberá dirigirse al oeste para impedir la guerra entre los campamentos, mientras el Argo II navega hacia Antenas... ¿Cómo podrán los jóvenes semidioses derrotar a los gigantes de Gaia? Ya han sacrificado demasiado, pero si Gaia despierta... será el final.

Título: La sangre del Olimpo

Autora: Rick Riordan
Saga: Los héroes del Olimpo (5)

Año de publicación: 2015

Editorial: Montena

Páginas: 464
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¡Hola, hola! Esta va a ser la primera reseña de mi blog. Una curiosa forma de empezar, supongo, por eso de comenzar con el último libro de una saga y no con el primero. Pero oye, a cada uno le llega la inspiración cuando le llega, ja ja. ¿Estáis listos? Pues empezamos.

*  *  *

Finaliza la saga Los héroes del Olimpo y con ella doy por concluido un viaje que para mí empezó hace dos años con el joven Percy Jackson; y si bien el cierre de la primera pentalogía me infundió una sensación de aflicción por tener que dejar atrás a unos personajes tan carismáticos, este spin-off me ha dejado bastante fría. Rick Riordan tenía una buena oportunidad de dar un cierre que alzara el nivel de la saga: tenía la historia, continuación de Percy Jackson y los dioses del Olimpo; tenía los personajes (tanto nuevos como ya conocidos); tenía páginas de sobra (464 en concreto, menos que en su anterior libro La Casa de Hades)... ¿Qué ha ocurrido entonces?

Puede ser difícil destacar el aspecto más negativo de la novela, pero en mi opinión, uno de los problemas más significativos ha sido la previsibilidad de la historia. Si como yo has ido siguiendo esta saga de mitología desde Percy Jackson y los dioses del Olimpo, habrás observado que después de nueve libros es bastante sencillo adelantarte a la resolución de los acontecimientos porque conocemos de sobra la escritura de Rick y sabemos que con él hay mucho humor y poco drama (por no decir cero). Estos han sido para mí dos ingredientes clave en el relativo «fracaso» del libro como final de la trilogía, pero hay otro punto que explica esta decepción que muchos lectores hemos sentido al concluir el libro y que en parte es fruto de la suma de los dos anteriores: el propio final del libro.

Dibujo realizado por viria13, en DeviantArt

En mi caso, empecé a leer el primer capítulo y sentí que no estaba siendo un comienzo espectacular (para mí fue algo lento, de hecho), pero seguí leyendo sin vacilar, porque tras leerme los anteriores quiero ver cómo acaba. Continúo la lectura —que por cierto, alterna capítulos de Jason, Leo, Piper, Reyna y Nico—, y la cosa va mejorando, pero sin sorpresas. Se acerca el final, está interesante... Pero ahí se queda la cosa, porque tan pronto como uno dice, ¡me quedan cien páginas! ¡A ver con qué nos sorprende Rick! Ves que te quedan diez capítulos y no está siendo un final precisamente épico. Y cuando te quedan cinco, ya se podría decir que ha pasado el desenlace de la historia, llegando a un final que se podría definir por bastante abierto, predecible y, para mí, poco emocionante.

Y ahora, llega el momento de los spoilers. 

En primer lugar, ¿por qué digo que el libro apenas ha tenido sorpresas y ha sido demasiado predecible? Bien, con tan solo leer los anteriores libros y el resumen de la contraportada ¿qué sabemos por adelantado? Que los semidioses del Argo II van a enfrentarse en Atenas a los gigantes, titanes y una oleada de demás monstruos junto con los dioses (porque es la única forma de matar a los primeros) y que, muy seguramente, (por la profecía y porque conocemos a Rick) se va a derramar la sangre de un semidios y una semidiosa y Gaia despertará. Mientras, Nico, Reyna y el entrenador Hedge llevarán la estatua de Atenea al campamento mestizo para impedir una lucha entre griegos y romanos, quienes probablemente tendrán que pelear codo con codo por defender el destino del mundo. Jason o Leo vencerá a Gaia y este último sacará a Calipso de su isla porque es la primera que se enamora de él.

Eso es lo que sabemos que va a pasar y el problema es que, a parte de eso, no pasa prácticamente nada más.

Va teniendo lugar cada uno de estos acontecimientos y, cuando llega el gran momento final y Gaia despierta, te quedas como... ¿Y ya está?

  

En serio, ¿a vosotros no os parece demasiado fácil? Recordemos que Gaia debería tener un poder similar al del temible Tártaro, a quienes los grandes Percy y Annabeth ni tan siguiera se atrevieron a hacer frente porque pensaban que no tendrían ninguna posibilidad (aunque también hay que contar al centenar de monstruos psicópatas que había alrededor). Y aquí van Jason, Piper y Leo tan chulos y se la «cargan» en dos minutos.

Lo siento, pero para mí NO ES CREÍBLE. Ni con la «ayuda» de Octavio que para mí, de hecho, solo sirvió para cargarse a Leo. Me parece irónica esta parte porque Nico dice, recordando las palabras de su padre, que hay muertes que no se pueden evitar. Pero es que... ¿hola? ¿Qué tal si le dices...?: "Octavio, se te ha enganchado la túnica en el onagro". Porque con eso habría bastado para evitar su muerte y, seguramente la de Leo. Y no habría hecho falta que Festo (a saber cómo) le administrara la cura del médico.

Por otro lado, quedan bastantes cabos sueltos, y es que como he mencionado ya antes, el final es bastante abierto. En primer lugar: ¿cómo es que no pasa nada con el «defecto fatídico» de Percy, porque mira que ha insistido Rick desde Percy Jackson y los dioses del Olimpo, e incluso en estos últimos libros se ha mencionado para que luego no pase nada.

Otra cosa que me ha chocado bastante es una conversación entre Piper y Annabeth, y la preocupación de esta primera por una decisión importante que iba a tener que tomar y que tampoco aparece por ningún lado:

 Annabeth le dio un puñetazo en el brazo, pero sin fuerza.
—Soy tonta, aquí sentada hablando de mis sentimientos cuando tenemos una misión que completar.
—Los latidos del dios encadenado pueden esperar.
Piper trató de sonreír, pero sus propios temores brotaron de su interior: temía por Jason y sus amigos en el Argo II, y por ella misma, en el caso de que no fuera capaz de hacer lo que Afrodita le había aconsejado: «Al final, solo tendrás el poder para una palabra. Deberá ser la palabra adecuada o lo perderás todo».
—Pase lo que pase, soy tu amiga —le dijo a Annabeth—. Tú… acuérdate, ¿vale?
«Sobre todo si no estoy cerca para recordártelo», pensó Piper.

De hecho, me llamó tanto la atención el párrafo, que me lo apunté en mi «bloc de notas» del móvil, y cuando acabé el libro pensé: valeeee... ¿A qué venía eso?

También tengo que hablar del tema Solangelo. Y es que la declaración de Nico en La Casa de Hades sobre sus sentimientos hacia Percy fue todo un puntazo; pero en este libro, esperaba poder indagar algo más en esos sentimientos (sobre todo habiendo narración desde su punto de vista). Y de nuevo, ¡nada! ¡Que se nos desenamora el chico! ¡Así, sin más! Percy ya no le parece tan... ¿cuál era la palabra? ¿Impresionante? ¿Podría ser?

Y me diréis, ¡pero no pasa nada! ¡Que para eso nos ha metido Rick a Will —¿quién?— en la historia! Ya, y tanto que lo ha metido... ¡con calzador! Porque aunque el chico saliera en otros dos libros, El último héroe del Olimpo y El héroe perdido, la verdad es que yo ni mi acordaba de él. Pero resulta que el chico estaba súper calado por Nico (aunque para nosotros no hayan coincidido antes, —no de forma memorable, por lo menos—) y por eso para mí resulta algo forzado.

Creo que a todos nos alegra que haya encontrado a alguien, pero... ¿así de rápido? ¿Se olvida de Percy y encuentra a otro disponible que parece querer ir muy enserio? No sé, la forma de abordarlo, y el cómo también de un libro a otro los personajes pasan de tratar a Nico como un bicho raro a tratarlo como uno más, sin dar una razón para este cambio, también me ha resultado extraño... Demasiado bonito todo. Demasiado fácil. Y demasiado rápido.

Tampoco se indaga en cómo Leo encuentra otra vez la isla Ogigia (esa que ningún hombre puede visitar por segunda vez). ¡No sabemos cómo ocurre! Festo simplemente la encuentra. ¿Solo hacía falta eso? ¿Un dragón autómata con GPS? (Aunque en su defensa, porque adoro a Festo y me encantaría tener uno, diré que es que Festo es mucho Festo...).

También quería señalar cómo en esta saga quizá se haya echado de menos ese contacto entre los dioses y sus hijos mestizos o la ausencia de Sally Jackson. Además, no sabemos qué pasa con Apolo y qué castigo le impondrá su padre (¿a nadie más le pica la curiosidad?).

Por último, decir que quizá uno de los aspectos que más puede haber molestado a algunos fans, es el poco protagonismo que tienen Percy y Annabeth en esta última entrega. Yo sí que les he echado en falta, y si es verdad que es que en esta saga, los principales protagonistas son Jason, Piper y Leo (pobres Frank y Hazel, que parece que están de relleno...) no debemos olvidar que la historia empezó con ellos dos. Pero no aparecen como los grandes héroes que eran, sino más bien como dos semidioses corrientes que necesitan ser salvados por la nueva generación de héroes (Jason y Piper).

Y no me quiero enrollar más (porque podría seguir, sí, sí...), que ya bastante larga estoy haciendo la entrada. Solo mencionar mis momentos favoritos para que no penséis que todo me ha parecido malo, que no. Mi capítulo favorito puede que haya sido el de Reyna enfrentándose a Orión, quizá el único momento que me estaba tirando de los pelos porque no podía evitar preocuparme pensando: «¡Nooo! ¡Blackjack! ¡Aguantaaa!» (sí, a mí lo que me importaba era el caballo). También me sacó una sonrisa momentos como el chiste de la Niké y las Adidas, o la escena en la que el entrenador Hedge grita: «¡Subid, insensatos!» porque no pude evitar acordarme Gandalf. Incluso creo que recordaré con una sonrisa la escena en la que Piper se pone a cantar Summertime para «idiotizar» y hacer frente a Cécrope (la versión de Lana Del Rey porque la de Ella Fitzgerald no me pegaba en ese momento, ja ja).

Lo que más me ha gustado:

• Poder leer capítulos desde el punto de vista de Reyna y Nico.
• El humor de Rick Riordan, especialmente mediante el personaje de Leo.
• Lo comentado en el último párrafo de spoilers.

Lo que menos me ha gustado:

• Pérdida de protagonismo de Percy y Annabeth.
• La corta duración y poco espectacular «batalla final».
• Esas cosas que esperas que ocurran y al final se pasen de largo.
• Esa sensación de que de este libro es más corto que el anterior, pero menos emocionante, y que con todavía menos páginas el resultado habría sido el mismo.

3 / 5 ➤ 6 / 10

Libro interesante
(para los fans de la saga)

En definitiva, la saga me ha parecido muy interesante y me ha gustado, pero también me parece prescindible como continuación de Percy Jackson y los dioses del Olimpo. ¿Y a vosotros qué os ha parecido este final? ¿Habéis echado algo en falta? ¡Dejadme vuestros comentarios aquí debajo!